(Re)invertir en La Habana : análisis espaciales de los precios de la vivienda en los municipios centrales de la capital cubana
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Résumé
En el año 2003 comencé mi primer trabajo de campo en La Habana, auspiciada por el Departamento de Geografía de la Universidad de La Habana y supervisada por Sonia Montiel. Me propuse comprender cómo el desarrollo del turismo en La Habana Vieja y la patrimonialización del lugar a través de su nominación como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y la acción de la Oficina del Historiador de la Ciudad estaban transformando la dinámica socioespacial de este barrio, aún muy degradado en aquel entonces. Después de 10 años y un doctorado acerca del impacto de la migración cubana en la trayectoria urbana de Miami, regresé a hacer un estudio de campo en La Habana, ahora como profesora de la Universidad de Montreal. Esta ciudad, que me cautiva particularmente y que había conocido durante las últimas sacudidas del período especial, entre 2003 y 2009, empezó a cambiar a mayor ritmo mientras mantenía siempre cierta inmovilidad. Las excursiones de 2015 y 2017 fueron sin duda las más elocuentes; por un lado, La Habana se encontraba en un estado de agitación, nuevos lugares culturales y turísticos, grandes hoteles en construcción y casas renovadas se estaban vendiendo o rentando por Airbnb. Por otro lado, los recurrentes problemas de vivienda de la capital, los colapsos y las construcciones informales continuaban sucediendo regularmente. Durante esas dos visitas del 2015 y 2017 estaba en busca de colaboradores cubanos que pudiesen ayudarme a entender las mutaciones socio-espaciales de los barrios centrales de esta ciudad socialista a partir de 2011 con la reintroducción de la posibilidad de que los cubanos vendan o compren una casa. Llegué a esto gracias a mi encuentro con Ricardo Núñez, economista urbano que trabaja en el PNUD, que me fue presentado por un amigo común, Jorge Mario Egozcue Sánchez, y a mi acercamiento con la FLASCO- Cuba, donde el equipo de dirección y la Dra. Luisa Iñiguez aceptaron acoger y colaborar en mi proyecto. Luisa fue también quien me presentó a Carlos García Pleyan, urbanista incansable. Este trabajo tampoco pudiera haber visto la luz sin la participación de Mateo Alba Carmichael que trabaja conmigo desde el 2017, primero como asistente de investigación en el programa de maestría y luego como ingeniero de investigación. Los mapas presentados aquí fueron hechos por él. También queremos agradecer calurosamente al compañero Rodolphe Gonzalès (ingeniero geoweb de la Universidad de Montreal), su implicación en el desarrollo del scrapper y el acompañamiento de Mateo en las técnicas de la geoweb fueron de gran apoyo.